viernes, 21 de enero de 2011

Metaforia

Al otro lado de este mundo la luna se divide en dos y aparecen en el horizonte las anchas llanuras de la tierra de Metaforia. Un mundo que no está ni aquí ni allí, pero en todos lados al mismo tiempo. No existe, en este extraño rincón del universo, a veces pequeño y otras colosalmente extenso; ni el arriba ni el abajo, siendo esféricamente perfecto y numéricamente inproporcionado. Sus habitantes guardan estrecha relación con el ser humano, si no fuera porque duermen de día y despiertan en sueños. Sus costumbres son caprichosas y extravagantes, pues se alimentan de ideas y cultivan sueños. Por lo demás, están tan vivos como nosotros: lloran, sufren, ríen y se enamoran.
Abundan los molinos de viento en este mundo étereo y sublime, y hacen las grandes travesías en zepelines, surcando la noche púrpura de su mundo imaginal; siempre vigilado por Selene y Lorelei, fragmento de nuestro satélite que otorga tan majestuosa coloración a su cielo auroreado. Los habitantes todavía recuerdan como, en plena revolución industrial, Lorelei se desdobló de su nodriza catapultándose hasta el cénit de la bóveda celeste, dando comienzo así la era de la independencia.

Juro que tuve la suerte de penetrar en Metaforia muchos años atrás, siendo todavía un adolescente, en mi primer escapada al monte como mochilero y en compañía de mis camaradas. No nos resultó fácil volver de aquella tierra maravillosa, la cual no he vuelto a encontrar jamás hasta día de hoy. Espero volver alguna vez antes de que sea demasiado tarde, pues todos los animales de nuestro planeta han estado emigrando a este hermoso lugar; desde que la resplandeciente Lorelei hiciera su primera aparición en el cosmos purpúreo del inaccesible, pero siempre presente, cielo Metafórico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario